¿Para poder vivir aquel instante digno? Digno tu...que decidiste servir a tu criado, a tu patria, a un señor sin nombre. Abriste tarde tu ventana para ver volar tu ideal. Se quiebran las rocas de la Iglesia con las penetrantes palabras nacidas de un lirio orgulloso que despliega sus pétalos de flor masculina para despedir un sonoro intento que se va...nadando por las nubes.
Las mariposas que escapan de éstas páginas en las que crees bien acomodar, se revelan contra el régimen que pide su vida entre letras humanas. Lo siente, porque jamás podría desacomodar la hermosura de unas alas ocre al sin fin de una obra virgen de sus ojos.
En tal pequeño instante, vuelves a ser tu para dejar de ser, ahora que no hay marcha atrás, que la pequeña golondrina de la que un día se enamoró se desplume en su almohada para su conciliador sueño.
Nelibata para los que no conocen, persona para sus iguales.

Nelibata por Lina. S. Silva

Nelibata, te veo partir
por un riel de pesares.
Soñadora, has dejado
tus poemas al fuego.
Creadora, tus huellas se
borrarán como las de ellos,
quienes sacrifican sus memorias
para crear las otras.

Mejillas serás siempre rubor
ante la risa de un extranjero.

Nelibata, eres comandante que
despide su cargo por una causa mayor.
Soñadora, se marcha
con un cartel en el pecho.
Creadora, sin prestigios
dejas a tus crías sin firmas de conexión.

Labios, potentes, infranqueables
dueños de tu vida...memorias.

Nelibata, yo te sigo,
para encontrar bajo tus mangas
mi morada.