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viernes, 20 de septiembre de 2013

Ni mierda por Lina S. Silva

Juró que no era por costumbre. Recitó "no es placer, es necesidad", se veía desolada. Le dije que yo estuve igual. Que ese hombre infame me hacía tiritar, su mísera presencia estimulaba mi pilus erector, me erizaba. La comprendo, claro que la comprendo. A mi también me dio duro el primer golpe ¿A quién no?
Hombres y mujeres arrastrándose a sus pies. Esa cosa es contagiosa. Lo dibujaba y escribía centenares de odas a él. Repasaba las conversaciones, los encuentros, las mentiras y las proezas, todo para hacerlo cada vez mejor. Si, si, la próxima vez si le digo "Eres hermoso", si y luego me voy corriendo.
Ni mierda. De eso no queda ni mierda ¡Qué lástima y qué despecho! Lo veo y recuerdo tristemente todo lo que sentía por él, todas mis iniciativas por conocerlo y, después por frecuentarlo. Que me hablara de esas cosas que no me interesan una mierda, como el concepto del ser y la triada de Hegel y no sé qué. Todos los intentos por no quedar como una idiota de reflejos tardíos que no entendía el concepto del coquetear.

La entiendo y quiero que me entienda, de verdad. Le digo que ese tipo es sólo un juego y, por favor, le pido que no caiga. No caiga porque le queda gustando y cuando se dé cuenta que va a perder ya no va a querer renunciar. Y tazzz, se da contra el suelo.
Disfrútelo, siéntalo, pálpelo y déjelo. No se le olvide el último paso: déjelo. Créame, es un sujeto compartido, nunca lo va a sentir suyo porque sigue siendo mío y, de los demás.
Y es triste, quiero que siga siendo mío y que me dé el síndrome de abstinencia sino lo veo al menos una vez a la semana. Solo verlo, solo verlo. No pedía hablarle ni que me viera, solo verlo y que me alegre el día. Ni mierda, ya no me alegra nada, solo me pone triste. Se volvió humano, quizá ya lo era y hasta ahora me doy cuenta pero se sentía tan irreal. Ahora me doy cuenta que también sufre, que se malgasta, que se estresa y que llora. Que mierda, que mierda. Me llamó ebrio y drogado, me dijo que se cansó de los excesos y yo que lo veía y me parecía un alma sin penas. Que dolor, que dolor, que pena. Le dije que me iba y me dijo "no" ¿puede creerlo? Me dijo que no me fuera. Me mostró su lado humano y yo...yo no lo quería. Yo quería a mi amor platónico no a un insulso hombre de carne y hueso.
Es una farsa, una mentira. Me mintió, se me presentó como un ángel y es un bandido.
Ni mierda. No mas dibujos ni escritos de mierda. Solo un brindis por la idealización de las personas y por la seguida decepción.

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