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miércoles, 24 de noviembre de 2010

Generación del 27

Se escuchaban estruendos en las calles, y la sangre brotaba de las aceras abismales. Con ideologías contrarias, ya no había quien parara la guerra,  entonces de la espesura de un imperio caducado, salió la generación del 27 con pluma en mano a defender la integridad de su hogar desplomado.
Las imponentes voces de éstos, hicieron retumbar los oídos españoles en una época en la que era de suma importancia. De los hechos históricos, salieron literatos capaces de denunciar los atropellos nacionalistas, esperanzar al pueblo desangrado, liderar ideologías republicanas, y sobre todo,  luchar por la vida de España.
Federico García Lorca, Rafael Alberti, Miguel Hernández, entre otros, son los destacados de este grupo de luchadores que proclamaron su vida a la península ibérica. Con sus poemas, revolucionaron el ámbito de la guerra. Muchos de ellos mueren a causa de ésta, otros tantos son desterrados con un gran peso en el corazón. Hoy se les reconoce toda su magnitud poética siendo una generación que brilló paradójicamente en el conflicto de la guerra civil española. Y, la historia sabrá tenerlos en un lugar sublime.

Todo el espacio de movimientos españoles que he mencionado en el blog era para llegar a éste momento de la GENERACIÓN DEL 27:

Luis de Góngora fue el motivo de unión de los brillantes poetas que conformaron lo que hoy en día se conoce como la Generación del 27. ¿Por qué del 27? Fue en 1927 cuando ésta “constelación de autores” se reunió para homenajear a, nada más y nada menos que, Luis de Góngora y Argote, poeta y dramaturgo del Siglo de Oro español. Y allí, en el Ateneo de Sevilla, se conglomeraron algo más de veinte poetas de los cuales se han reconocido a: Pedro Salinas, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Jorge Guillén, Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso, Luis Cernuda, Manuel Altoaguirre y Antonio Plazas, como pertenecientes a la Generación del 27. Pocos después, también se reconocerían a otros poetas como Miguel Hernández, quienes a pesar de no haberse encontrado en la celebración del tricentenario tuvieron su puesto en la llamada Generación del 27.
A pesar de que la guerra civil dispersó tan exquisitas mentes, continuaron con su labor literaria llevándolos, a muchos, al exilio e incluso hasta la muerte. Ésta generación, se marca por el compromiso inmenso hacia una patria bombardeada de conflictos ideológicos. Algunos de los poetas se vincularon al campo de batalla con el objetivo primordial de defender a España. Otros, decidieron optar por la fuerza de la letras, denunciando las más atroces conductas.
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GALOPE
Las tierras, las tierras, las tierras de España, 
las grandes, las solas, desiertas llanuras. 
Galopa, caballo cuatralbo, 
jinete del pueblo, 
al sol y a la luna.


¡A galopar, 
a galopar, 
hasta enterrarlos en el mar!


A corazón suenan, resuenan, resuenan 
las tierras de España, en las herraduras. 
Galopa, jinete del pueblo, 
caballo cuatralbo, 
caballo de espuma.


¡A galopar, 
a galopar, 
hasta enterrarlos en el mar!


Nadie, nadie, nadie, que enfrente no hay nadie; 
que es nadie la muerte si va en tu montura. 
Galopa, caballo cuatralbo, 
jinete del pueblo, 
que la tierra es tuya.


¡A galopar, 
a galopar, 
hasta enterrarlos en el mar!

Rafael Alberti


Éste grupo se caracterizó por usar elementos de la poesía popular e introducir formas de la poesía clásica.
Durante la guerra, éstos poetas se vieron incrustados en el cine, la metáfora y la poesía como evasión de la vida cotidiana. Como resultado de la guerra civil surgió una poesía comprometida con las causas sociales y políticas.
Respecto a los principios estéticos que instruyó se encuentran: la búsqueda de un efecto de shock sobre el público, el cual de un modo u otro tendría que estar compuesto de personas cultas, lo cual ante el nivel educativo de España se podía considerar a esta poesía como una poesía elitista. Además, su poesía era rica en forma y temas, como: la guerra, y la realidad humana en ésta misma, el exilio y la nostalgia por la tierra, la realidad social y lo problemas del ser humano. Y un neofolclorismo que integró el arte con las raíces populares. Otros de los temas de los que se impregnan los poetas son: la muerte, el paisaje y el amor.
Podemos decir que el género más cotizado por esta generación era la lírica, pero esto no obvio a algunos ensayos u obras de teoría literaria.
Respecto a la métrica que manejaban en los poemas, destacan la métrica popular, y con el paso del tiempo, una métrica innovadora que pasa a ser el verso libre. Agregando a lo anterior, los poetas se vieron inclinados hacia el romanticismo y hacia autores del Siglo de Oro, de los que resaltan: Lope de Vega, Luis de Góngora y Quevedo.
El estilo se maneja más lo sentimental y lo intelectual, la pureza estética y lo auténtico del ser humano, de modo global y de vista española, mientras que hay ese equilibrio de lo tradicional y la renovación. Empero de estas cosas en común, el estilo de cada autor difiere de los demás
Es necesario deshacer la idea que muchos tienen del fenómeno de la Generación del 27, pues no fueron todos madrileños los que pertenecieron a ella, ya que se pueden destacar poetas latinoamericanos que produjeron en 1927, como Pablo Neruda, Vicente Huidobro y Jorge Luis Borges. También se incluyen otro tipo de artistas, como Salvador Dalí y Luis Buñuel.
Es claro, que una generación se define como un grupo de personas nacidas en fechas cercanas, y movidas por un acontecimiento de su época, en éste caso es la guerra civil, se enfrentan a este mismo acontecimiento y reaccionan similarmente. Las generaciones literarias, se ven identificadas con algún movimiento anterior, en este caso, es el vanguardismo, y dentro de él, el surrealismo. Todo guiado a encontrar una belleza a través de la imagen, así que muchos poetas plasmaron imágenes en sus escritos. Por estos motivos, sus poemas se encuentran poseídos por el lirismo.
Dentro de los poetas más importantes: Federico García Lorca, Rafael Alberti y Miguel Hernández.

Ya hemos hablado de García Lorca así que simplemente me voy a limitar a un poema suyo:

La canción del jinete
En la luna negra

de los bandoleros,

cantan las espuelas.
Caballito negro,
¿Dónde llevas tu jinete muerto?
...Las duras espuelas
del bandido inmóvil
que perdió las riendas.
Caballito frío.
¡Qué perfume de flor de cuchillo!
En la luna negra,
sangraba el costado
de Sierra Morena.
Caballito negro.
¿Dónde llevas tu jinete muerto?
La noche espolea
sus negros ijares
clavándose estrellas.
Caballito frío.
¡Qué perfume de flor de cuchillo!
En la luna negra,
¡un grito!, y el cuerno
largo de la hoguera.
Caballito negro.

Federico García Lorca

Bodas de sangre (1933) se ha convertido en un clásico de la literatura universal al ser una de las creaciones dramaturgas más conocidas de la lengua castellana, y al tener un autor tan popular como Lorca, quien después de muerto cobró mayor fama, que aún perdura. En ésta obra se exponen los alientos y motivaciones del trabajo poético de su autor, el cual se basa en el neopopularismo característico de los escritores de ésta generación, con toques trágicos a miras de crítica de la sociedad.
La obra gira en torno a las actitudes de una madre quién ha perdido dos de sus seres queridos (marido e hijo mayor), y ahora, está empeñada en salvar su último tesoro (su hijo menor). Para esto, decide encontrarle una buena mujer y casarlos. Al lograr que éstos se comprometiesen, queda medianamente satisfecha, ya que a pesar de que todo va de acuerdo al plan tiene un mal augurio respecto a la boda. Este augurio termina por volverse realidad, ya que la prometida de su hijo, tiempo atrás había estado enamorada de Leonardo, con quien mantuvo una relación que no fue aceptada por sus padres. Leonardo entonces, apacigua sus dolores con una esposa nueva con la que tiene hijos. El problema surge el día de la boda de su antiguo amor, ya que aparece antes de esta y persuade a la novia de escapar con él, quién sin dudarlo, después de haberse consumado la boda, lo hace. Al enterarse el novio, decide cobrar venganza emprendiendo la marcha en busca del tirano a quien alcanza y sostiene una batalla de la que los dos salen muertos. Al final, la madre desgastada, lamenta su trágico final.
La crítica es a la maternidad inútil y a la tendencia de resolver los problemas a base de violencia. La muerte juega un papel muy importante en Bodas de sangre, ya que Lorca la personaliza como a una mujer, junto con la luna, a quien identifica con un joven leñador.
Otra característica para resaltar es que durante el trayecto de la obra, solo se menciona como nombre propio a Leonardo, el resto de los personajes no lo posee, lo cual le da protagonismo al bandido que se lleva a la novia, abandonando a su mujer y a sus hijos. La obra como tal, está llena de simbolismos lo que la hace exquisita y le da un valor inmenso.


                                      La nana de las cebollas 



                                     La cebolla es escarcha 
                                   cerrada y pobre. 
                                   Escarcha de tus días 
                                   y de mis noches. 
                                   Hambre y cebolla, 
                                   hielo negro y escarcha 
                                   grande y redonda.




                                   En la cuna del hambre 
                                   mi niño estaba. 
                                   Con sangre de cebolla 
                                   se amamantaba. 
                                   Pero tu sangre, 
                                   escarchada de azúcar 
                                   cebolla y hambre.




                                   Una mujer morena 
                                   resuelta en lunas 
                                   se derrama hilo a hilo 
                                   sobre la cuna. 
                                   Ríete niño 
                                   que te traigo la luna 
                                   cuando es preciso.




                                   Tu risa me hace libre, 
                                   me pone alas. 
                                   Soledades me quita, 
                                   cárcel me arranca. 
                                   Boca que vuela, 
                                   corazón que en tus labios 
                                   relampaguea.




                                   Es tu risa la espada 
                                   más victoriosa, 
                                   vencedor de las flores 
                                   y las alondras. 
                                   Rival del sol. 
                                   Porvenir de mis huesos 
                                   y de mi amor.




                                   Desperté de ser niño: 
                                   nunca despiertes. 
                                   Triste llevo la boca: 
                                   ríete siempre. 
                                   Siempre en la cuna 
                                   defendiendo la risa 
                                   pluma por pluma.




                                   Al octavo mes ríes 
                                   con cinco azahares. 
                                   Con cinco diminutas 
                                   ferocidades. 
                                   Con cinco dientes 
                                   como cinco jazmines 
                                   adolescentes.




                                   Frontera de los besos 
                                   serán mañana, 
                                   cuando en la dentadura 
                                   sientas un arma. 
                                   Sientas un fuego 
                                   correr dientes abajo 
                                   buscando el centro.




                                   Vuela niño en la doble 
                                   luna del pecho: 
                                   él, triste de cebolla, 
                                   tú satisfecho. 
                                   No te derrumbes. 
                                   No sepas lo que pasa 
                                   ni lo que ocurre. 


                                    Miguel Hernández


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·        La generación del 27 fue un grupo compuesto de diversos autores que mostraron el ápice de la literatura española en contextos de la guerra civil.
·        Los poetas de este grupo estuvieron comprometidos con España, mostrándolo tanto en acciones como en su poesía social y política.
·        A pesar de no haber conseguido lo que pretendían, la  obra de ellos aún es valorada y reconocida como una de la más importante que se ha dejado en el legado Español.

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